MGL: Soy feliz unicamente si él está conmigo. T

martes, 11 de diciembre de 2012

Primera vez

Entramos a casa. Se respira tensión en el ambiente. Me coges la chaqueta y la cuelgas en la percha. La oscuridad no nos deja ver nada, pero no importa, caminamos lentamente por el estrecho pasillo. Al llegar a la habitación, agarro tu mano con fuerza. Es una habitación pequeña, pero pareces haberla preparado para la ocasión. Me guías hasta la cama y nos sentamos. Me acaricias el pelo y te acercas lentamente a mí. Comenzamos con un beso, suave, y al separarnos te observo detenidamente. Te miro a los ojos, oscuros, profundos, pero a la vez tiernos y cálidos. La única luz que puede alumbrarnos es la luna, que se asoma juguetona por la ventana. Siento tus dedos acariciándome la mejilla. Nos volvemos a besar, y esta vez nos recostamos lentamente en la cama.
Unos cuantos besos mas tarde, noto como tu mano juega con mi blusa, baja hacia los pantalones y, sin previo aviso, se desabrocha un botón. Mis dedos se dirigen a tu camisa, esa camisa azul oscuro que te habían regalado meses atrás, y a mi me volvía loca. Primero un botón, luego otro. Ya no podía parar, sabíamos que había llegado el momento. La camisa cae al suelo suavemente, con un sonido sordo. Mi blusa parece caer también, y rápidamente y sin darnos cuenta, ya no estamos nerviosos, no hay nada que nos tape, que nos separe el uno del otro.
La luna sigue alumbrándonos, y la noche sigue su paso. Estamos juntos, las sábanas nos acarician la piel, nos movemos, como un reloj haciendo tic tac, al compás de nuestros cuerpos. Pero, cuando nos damos cuenta, ya se ha terminado. Nos abrazamos, y después de unos besos más, nos miramos sonriendo. La felicidad nos embriaga a ambos, nuestro pequeño abrazo no se disipa. Juntos podemos ser cualquier cosa.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Fiesta de verano


La música corre por mis venas, no puedo parar de bailar, Llevamos un tiempo bebiendo y gritando, esta siendo una gran noche de verano. Me encanta estar con ellos, les conozco desde hace años y hemos pasado juntos los mejores veranos. Hacía tiempo que no íbamos al zoco y entrabamos en las tascas como esta noche lo estábamos haciendo. Todos piensan que había bebido suficiente, incluso yo, que raramente lo pienso. Bueno, todos menos una persona, una persona que tiene serios planes para esta noche, que cree que el alcohol puede hacerme olvidar a la persona que mas quiero. Sí, puede que él no esté aquí, que esté lejos pero no por eso puedo irme con cualquiera.
La noche transcurre rápida, poco a poco las luces van haciéndose borrosas, y me apoyo contra la barra. Él pide dos chupitos mas. Niego con la cabeza, pero me mira sonriendo y hace como si nada. Sonrío. Le veo doble y aun así quiere hacerme beber mas... Está claro lo que quiere. Me da la pequeña copita que ni sé lo que lleva y me la bebo rápidamente. Una sensación ardiente pasa por mi esófago. ``¿Que llevaba eso?´´ le pregunto. Él se ríe, pero no contesta. Entramos a una pequeña discoteca, y nos juntamos con los demás. Bailamos un rato, pero las luces y la música me hace marearme mucho mas. Ya solo veo luces y caras borrosas, noto que no puedo mas y pierdo el equilibro. Alguien me coge, y me lleva hacia fuera.
No se ni como estoy andando, no siento las piernas, solo siento como alguien me coge de un brazo y me guía a un lugar alejado, Ya no hay luces, no hay música, solo se oye unas olas al fondo, lo que me dice donde estamos, en la playa. Él acerca su cara contra la mía. Aun tengo fuerzas para apartarla. ``N-no..´´ murmuro. Solo tengo una cosa en mi mente: ``Tengo novio´´ y hago un esfuerzo para levantarme e irme, pero no puedo. Estamos solos, y puede hacer lo que quiera. Él mira al suelo. Tiene cara de fastidio. Yo no me doy por vencida, por muy borracha que esté yo siempre le querré, y nunca podría hacerle algo así. Él me coge de los hombros y vuelve a intentar besarme, pero aparto la cara de nuevo, cada vez estoy menos mareada y sé mas lo que estoy haciendo. Levanto la mano y le pego en la cara. Me deshago de él y me giro, tratando de marcharme. Venzo el mareo, tengo que llegar a donde están los demás  De repente, y para mi salvación, llegan Bar y Ana. ``Que hacéis ´´ gritan yo les doy un abrazo y se me llenan los ojos de lagrimas. Ellas lo entienden y me cogen cada una de un brazo, dejándole atrás desconcertado.

Ganas de verte

Otra vez tenía esa sonrisa de tonta que hacía un mes que no tenía. Tú estabas de camino, y no podía parar de sonreír  El autobús hacía sus paradas, pero yo aun tenia que esperar un poco mas, pues no había llegado el momento de bajarme. Tenía que bajar en el puerto, y aun quedaban unos cuantos kilómetros para llegar. Estaba impaciente, hacía tanto que no te veía .. Para mí, incluso años, aunque cualquiera me habría tachado de exagerada, pues tan solo era un mísero mes. Habíamos estado hablando casi todos los días  pero no era lo mismo que tenerte cerca, te habías ido a EEUU, y yo me había quedado en la pequeña España durante este primer mes de verano. Ya era agosto, ya estaba en la playa, y tu hacia apenas 3 horas que habías aterrizado, pero ya íbamos a vernos. Cada vez que me acercaba, mi histerismo crecía, no podía serenarme ni un poquito, estaba eufórica.
Llegó el momento, había que bajarse, no me lo creía, iba a volver a estar contigo... Bajé como pude del autobús y caminé a paso rápido unos pocos metros hasta llegar al puerto, habías venido en el ferri desde la playa donde veraneabas, no tan lejos de la mía  Me puse en la puerta principal, y esperando a que llegaras cogí mi móvil porque tenía mensajes nuevos. Unos de mi madre, otros de Bar, de Ana... y entonces me extrañó ver uno que hacia a penas unos segundos que había llegado, y era tuyo. Ponía: ``Estás mas guapa en persona que por skype´´ Alcé la mirada y ahí estabas, con tu camiseta azul y tu bañador, parado, a tan solo unos metros de mí. Fui corriendo a tu encuentro, necesitaba abrazarte, darte un beso y cogerte de la mano. Salté a tus brazos y otra vez me encontraba a salvo, no podía soltarte. Estabas mas duro, se notaban esos días de gimnasio. También mas moreno, se notaban esos días de piscina. Te acaricié el pelo, que gusto daba estar otra vez juntos. Tras darte la bienvenida como era debido, nos cogimos de la mano y fuimos andando hacia el autobús de vuelta, nos esperaba un día entero juntos en la playa. Sabía que esa misma tarde te ibas a ir a tu playa, pero teníamos que aprovechar al máximo del tiempo que íbamos a estar juntos. No sabia cuando iba a volver a verte, pero lo que sí sabia, era que estabas cerca, y nos separaba tan solo una hora en coche, por lo que lo mas duro ya había pasado y solo nos quedaba disfrutar.

Un mes complicado

Va a ser tan complicado...
Abro la puerta de casa, todo esta oscuro, parece no haber nadie. Mis ojos aun siguen empapados de lágrimas, me cuesta respirar y salgo corriendo hacia el baño. Me miro al espejo. Ahí está, esa tonta enamorada que echa tanto de menos a su príncipe azul aun habiéndolo visto hace apenas cinco minutos. Cierro los ojos y recuerdo ese último beso, largo, que había sido nuestra despedida. Treinta días sin verte... iba a ser demasiado... Me lavo la cara con las manos, parece que nunca voy a parar de llorar. No aguanto mas, me desnudo y me meto a la ducha. Con el grifo abierto y el agua deslizándose por mi cuerpo rompo en llanto. ``Va a ser tan complicado...´´ Me sereno y tras el típico enjabonado-aclarado rápido de siempre salgo envolviéndome con una gran toalla amarilla.
Ya en mi habitación me pongo el pijama, un pijama cortito pues hacía el húmedo calor de finales de junio tan típico de murcia. Miro el móvil, y ahí estaba, uno de sus larguísimos mensajes que tras leerlos se te queda tan buen sabor de boca, y no puedo evitar contestar con un ``te quiero´´ simple, pero significativo. Me tumbo en la cama, y pienso en todo lo que hemos vivido, y también en lo que nos queda por vivir juntos. Cojo el móvil y hablamos por whatsapp, hablamos de todo, lo que ha pasado, esta pasando y pasará, hacemos bromas, nos reímos, y de repente es como si no te fueras a ir, como si mañana te fuera a ver de nuevo. ``Solo son treinta días, treinta días y volverá a ser todo como siempre´´ 

viernes, 20 de abril de 2012

Julio.

Va a ser duro, posiblemente. Esos 30 dias sin verte, sin tenerte cerca, sin sentirte conmigo. Va a ser duro, sí. Vamos a pasarlo mal, pero tambien vamos a disfrutar al máximo estos meses que te quedan, alomejor queda un montón como dices tu, o quizá queda menos de lo que esperamos, como pienso yo. Aun estamos en abril, y te vas en julio. Te vas solo, y aunque quiera confiar en ti, no confio en las demás. ¿Y si te gusta otra? ¿Y si cuando vuelva ya no te gusto?
Prefiero no pensar en eso, prefiero disfrutar de estos meses tan felices, prefiero soñar con el dia en el que te vuelva a ver, pero lo que más deseo es estar contigo dentro de media hora cuando vengas a recogerme.

martes, 13 de marzo de 2012

Contigo


Ando, paso tras paso, rapidamente, pues tengo prisa por verte. Me estás en tu casa, y no quiero hacerte esperar. Me encuentro con un par de amigos, pero los saludo distraida, no quiero entretenerme demasiado. Voy caminando, mirando al suelo, me queda poco para llegar a tu lado. No puedo evitar sonreir, estoy feliz, tengo ganas de verte. Por fin llego a la portería de tu casa, y llamo a tu piso, el 3ºC. Tardas un poco en abrirme, pero con los nervios que tengo, no me importa lo más mínimo. Llamo como unas mil veces al ascensor, estoy impaciente por verte. Subo, y me miro al espejo. Me veo horriblemente fea, como siempre, pero lo máximo que puedo hacer es peinarme con los dedos. La puerta del ascensor se abre y ahí estas tú.
Llevando esa camiseta blanca y pantalones oscuros con ese arte que tienes, luciendo una amplia sonrisa dejando ver tus dientes blancos, esos ojos oscuros que me miran dulcemente, y ese pelo desaliñado tan sexi que siempre llevas. No puedo evitar lanzarme a tus brazos, tenia tantas ganas de verte... Pasamos adentro, y yo subo las escaleras de tu casa a esconderme como cuando éramos pequeños. Oigo tu risa desde donde estoy, escondida detrás de la puerta de tu habitación, esperando que subas a buscarme. Oigo tus pasos en las escaleras, y se me escapa una risita.
-Te he oido! -gritas mientras entras en la habitación
-Noooo! -grito, fingiendo estar asustada
Me cojes de la cintura y me lanzas hacia la cama y los dos aterrizamos sobre el colchón entre risas. No puedo evitar darte un beso, tus labios son como una droga para mí.

lunes, 12 de marzo de 2012

Recuerdo...

Recuerdo aquel día, en el que se te veía tan nervioso. Recuerdo cuando comenzamos a andar hacia mi casa, que me dijiste que fuéramos por otro camino, que tenias una sorpresa para mí. Recuerdo cuando me mirabas, nervioso. Cuando me cogiste avergonzado, ya que no sabías cual iba a ser mi reacción. Recuerdo cuando me dijiste: quedan 10 metros para la sorpresa... y sonreías sin querer mirarme a los ojos. Cuando me tapaste los ojos con las manos, y me decías: no mires, no mires... Cuando sacaste algo de tu mochila, y no parabas de reírte, con esa risa que hace que me derrita. Recuerdo cuando me destapaste la cara, y miré hacia la valla. Ponía: Te quiero May. 15.11.11.
Recuerdo cuando me diste lo que llevabas en tu mochila, esas flores que cogiste de casa de tu abuela, porque no llegaste a la floristería a tiempo. Recuerdo cuando me miraste a los ojos, y me dijiste: Quieres salir conmigo? Recuerdo también tu amplia sonrisa, cuando me lancé a tus brazos emocionada. Recuerdo cuando fuimos después por la calle, cuando me cogiste de la cintura.
Recuerdo cuando llegamos al portal de mi casa, cuando nos miramos sin saber que decir. Cuando nos despedimos, y ya no sabíamos si darnos ese beso que tanto tiempo levaba esperando. Recuerdo cuando te acercaste a mi cara, y notaba tu respiración a dos centímetros de mis labios. Me susurraste un suave: Te quiero, y por fin me besaste como solo tú sabes hacerlo.

domingo, 11 de marzo de 2012

14.11.11

Son las cinco menos diez. La profesora habla sin cesar, palabras que no tienen ningun sentido para mi. Noto un nudo en mi estómago. Estoy nerviosa, hoy es un día diferente. Bla bla bla. La profesora no para de hablar... El tic tac del reloj se hace mas intenso. Ana se gira expectante, su sonrisa se hace mas ancha al observar mi grado de nerviosismo. No paro de preguntar la hora, estoy deseando que sean en punto. El tiempo pasa, minuto a minuto, segundo a segundo.
Suena la sirena, el dolor de mi estómago crece aún mas. Me entran ganas de gritar, la profesora parece no haberla oído. Por fin deja de hablar, y comienzo a recoger mis libros. Se me cae uno al suelo, parece que estoy mas patosa de lo habitual. Subo la silla y cojo mi mochila. Voy corriendo al sitio de Marta, que habla con irene sin cesar. Parecen no darse cuenta de la prisa que tengo. Cojo sus libros y los meto en la mochila. Por fin deja de hablar. Salimos todas hacia el baño, tengo que estar perfecta. Las risas de mis amigas se hacen mas escandalosas, todas saben que estoy nerviosa. Cojo mis polvos y me los esparzo por la cara, parece que hoy estoy incluso mas fea de lo habitual. Para colmo, me han salido como 20 granos. Suspiro. Mi cara ya no tiene arreglo. Guardo mis polvos y salimos todas por la puerta.
Cada vez ando mas deprisa, tengo que salir del colegio como sea. Por fin esta ahí la puerta hacia la libertad. Todas mis amigas están haciendo bromas sobre lo que pasará después. Cruzo la puerta, doblo la esquina.. El dolor de mi estómago se intensifica, parece que voy a morirme. Ahí está, justo al cruzar la calle, de espaldas hacia mí, con sus amigos. Parece que alguien le a avisado de que me voy acercando, y se gira lentamente. Me entran ganas de correr, me está mirando con esa sonrisa suya, tan perfecta y tan amplia, de esas sonrisas que consiguen que alguien se derrita. Por fin estoy junto a él y se acerca a mí para darme un beso en los labios. Mis amigas gritan un fuerte oooooooooh. Les encanta hacerme rabiar, pero ya no me importa, nada me importa. Estar con él es suficiente para mi felicidad.